El mal agudo de montana (MAM)


El mal agudo de montana (MAM)

Físicamente, el Mont-Blanc requiere no sólo que estés en forma, sino también que hayas probado el comportamiento de tu cuerpo en altitud. La experiencia de un primer «4000» más fácil, y de pasaral menos una noche previamente, a más de 3000m te dará una idea de cómo te sientes en altitud.

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En alta montaña, la baja presión atmosférica implica un enrarecimiento del aire, por lo que es necesario que el organismo se adapte previamente a esta carencia de oxígeno.

Presion de oxigeno : 160 mm de mercurio a orillas del mar, 85 mm a la cima del Mont-Blanc : el aire es mitad menos rico de oxigeno.

• El 79 % de las personas interrogadas tras el ascenso al Mont Blanc ha sufrido MAM: jaquecas, náuseas, vómitos, edemas, insomnio, cansancio, mareos, etc. Estos síntomas persisten, pudiendo incapacitar gravemente e incluso provocar la muerte (en particular por edema cerebral). El MAM no perdona a nadie, ni al alpinista más aguerrido que no se ha aclimatado a principio de temporada.

• Una única medida de prevención : la aclimatación !

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